El diseño gráfico está tan extendido socialmente que podemos encontrarlo en todos los sectores desde el primario al sector servicios, desde el interfaz de un programa de riego por goteo hasta el rótulo de un bar. No es solo una herramienta al servicio de la economía y la publicidad, su capacidad de síntesis suma en campos tan dispares como la divulgación, la sanidad o las nuevas tecnologías. El diseño ayuda a explicar realidades complejas y mejora la interacción entre personas y espacio o personas y máquinas desde un libro de texto a la marca de un ayuntamiento.
Campañas institucionales
El diseño al servicio de los público permite en primera instancia conectar a administraciones y ciudadanía favoreciendo la promoción de servicios públicos, la difusión de medidas sociales, la promoción de eventos públicos y la puesta en valor de nuevas políticas y servicios.
La cara más visible de una administración son sus trabajadores y su marca. En ausencia de personas es la marca la que encarna lo que la institución representa. En muchos casos debe hacernos sentir parte de ella como ocurre con las marcas territorio. Querer vestir una marca es la mayor aspiración de cualquier marca comercial y el requisito mínimo de una marca institucional para con sus usuarios.
La marca como pegamento social